Ella qui sap on és,
ella qui sap on para.
La vaig perdre i mai més
he tornat a trobar-la.
ella qui sap on para.
La vaig perdre i mai més
he tornat a trobar-la.
Los 23 son mágicos. Porque el vino empieza a gustarte y porque empiezas a disfrutar más de los pequeños placeres de la vida. Pero sobre todo porque empiezas a descubrirte a ti misma y a tener cada día más claro qué es lo que quieres y qué es lo que te gusta.
Y este post Va de Baco... porque ayer, entre vinos, tapas y Serrat compartí con mi mejor amiga confidencias y momentos que ya echaba de menos.
Este nuevo concepto de bar-restaurante acaba de aterrizar en el Madrid más castizo. Al lado de Ópera y el Teatro Real, el concepto consiste en pedir unos vinos (por copas o por frasca) y acompañarlos con unas tapas al más puro estilo gourmet pero al mejor precio.
El espacio es amplio, diáfano. La decoración es exquisita y la carta de vinos es lo mejor de la experiencia en Va de Baco. Nosotras nos decantamos por un Ribeiro y lo acompañamos, según sugería la carta, con unas deliciosas croquetas de gambas (por tres euros las cuatro unidades).
El precio que véis a la izquierda de la lista de vinos blancos es por copas. El de la derecha es por frasca, que da para unas tres copas por persona.
Los detalles estaban especialmente cuidados. Nos dieron una tapa de cortesía y nos encantó la forma de presentar los cubiertos: metidos en una bolsa de papel donde aparecía escrita la carta de tapas y platos.
El resto de la velada la acompañamos con unas croquetas de cordero con salsa de curry, pulpo gallego sobre patata morada y mini hamburquesa de carne de wagyu. Todo exquisito.
Lo peor de Va de Baco, por sacarle algún defecto, fue el servicio. Pero estas cosas suelen pasar en Madrid, así que Enejota se va acostumbrando ya que lo importante es relativizar para poder disfrutar de los pequeños placeres de la vida.
@Nata297
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