SHERATON SALOBRE GOLF RESORT & SPA: sin palabras. Las imágenes hablan por sí solas. Después de 4 años desde que se inauguró sigue tan espectacular como el primer día. Los mejor es su emplazamiento en plena montaña, con vistas inmejorables a los campos de golf y su disposición en 11 plantas a modo de terrazas que le dan mucho juego a las habitaciones y a todas las piscinas que uno encuentra en cada planta.
En el bar de la Sunset Pool se sirven copas y cócteles con la posibilidad de tomártelos dentro del agua.
El atardecer desde esta piscina infinita es más que recomendable.
Y para relajarse todavía más, el hotel cuenta con un servicio de spa por 15€ en su Aloe Spa, también ubicado en una planta superior y con unas vistas increíbles.
Por 50€/persona se puede disfrutar de una Habitación Doble Deluxe en régimen de alojamiento y desayuno, ¡y que desayuno! De los mejores buffetes que he probado hasta ahora, con una camarera que nos alegraba las mañanas preparándonos zumos de fruta naturales: melón, zanahoria, pera, manzana... Realmente sanos y buenísimos para coger fuerzas.
Las vistas desde la habitación no podían ser mejores, con una piscina nada más salir de la terraza, casi para nosotros solos.
Tuvimos la suerte de que además, en esta piscina de la planta 7 es donde se sirven las comidas. El típico snak bar pero con productos de la tierra. No pudimos resistirnos a una tabla de quesos canarios y unas papas con mojo. Totalmente recomendables antes que comerse un sandwich de pollo o una hamburguesa.
Siguiendo con el aspecto gastronómico, el hotel cuenta en sus instalaciones con uno de los mejores restaurantes de toda la isla: el Camaleón. Muy buenos el solomillo y el pato. Las vistas también merecen una mención.
El único inconveniente del hotel podría ser su ubicación, a varios kilómetros de la playa. Pero lo solucionan con un servicio de autobús gratuito entre el hotel y Maspalomas, la playa de dunas más bonita de las islas. Además, una vez allí, el hotel tiene un chalet a modo de club privado con piscina, servicio de toallas, duchas... ¡Un lujazo!
Si después de todo esto hay quien quiere salir del hotel y conocer los alrededores, Enejota recomienda el Puerto de Mogán. Lo llaman la Venecia del Sur, y una vez allí se entiende el calificativo. Muy acogedor, ideal para pasear y con bastante oferta gastronómica para todos los gustos.
Uno de los restaurantes preferidos de Mogán es éste, en el faro del puerto y con unas vistas muy románticas.
Pero sin duda, el mejor restaurante de Mogán es La Bodeguilla, en la plaza más céntrica del pueblo. Decoración auténtica, camarero encantador y comida inmejorable. Lo mejor es dejarse aconsejar o probar su plato degustación con los productos típicos de la zona. Lo mismo para los postres, un surtido riquísimo.
El punto y final del viaje lo pone la playa de Amadores. Artificial, de arena más clara que el resto de playas de la isla y agua semi-turquesa (los domingos más bien verde). No es recomendable dejarse llevar por lo espectacular de las fotos porque, una vez allí, decepciona bastante. Los fines de semana no cabe un alfiler y el agua está bastante sucia. Aún así no está mal el intento canario de asemejarse a Baleares en lo que a playas se refiere. Interesante su restaurante Amadores Beach Club, pero demasiado cool para la fauna de este intento de playa.
Si uno no sale del Sheraton, el lujo, la paz y la buena comida están asegurados. Ideal para los amantes del golf. Para el resto, un deleite para los sentidos.Todos los sentidos.
@Nata297