domingo, 15 de abril de 2012

Ginebra: Suiza a golpe de ¡francos!

Para deprimirse, para darse cuenta de que uno es pobre, para comprobar cómo viven en la tierra de los paraísos fiscales... hay que ir a Suiza. Para que la señorita que te factura las maletas en el aeropuerto te diga: "Yo aquí estoy de becaria y cobro 2.000 euros" y, además, "el salario mínimo son 3.000" :O

Para que vayas a un McDonald's y sientas que estás en el mismísimo Bulli... porque un par de menús te cuestan casi 30 euros. Para que, obviamente, se te quiten hasta las ganas de fumar (¡¡¡10 francos!!!).


Para todo eso hay que ir a Suiza pero, además, hay que ir a Ginebra por una serie de cosas que desde Enejota nos llamaron la atención, que no quiere decir que nos gustaran, ¡ojo!:

1. El reloj de flores: sin más, un reloj de flores. ¿A alguien realmente le sorprende esto en el s. XXI y con las flores de plástico tan monas que venden en Ikea? A Enejota desde luego no.

                          (Ginebra)                                                                (Ikea)

2. La Catedral de San Pedro: sin más, una catedral que es un popurrí de estilos y por dentro no dice nada. Recordemos que en este país no son católicos, sino protestantes y eso, nos guste o no, se nota en las catedrales e iglesias. 


3. El Jardín Inglés: sin más, un jardín con árboles. Aunque tiene rinconcitos que merece la pena recorrer y descubrir, no os cuento más porque si no, al final, no vais ;)


4. El barrio de Les grottes (o los pitufos): esto sí que no lo habíamos visto nunca. Parece que no es una zona muy boyante de la ciudad, pero las casas al menos eran curiosas. Y es que cuando no hay dinero el ser humano se vuelve más creativo para hacer más agradable su entorno. 


5. La plaza de la sede de la ONU: esto tampoco lo habíamos visto. La sede llama la atención por lo que representa y lo cierto es que uno se siente pequeño cuando llega allí y ve aquella silla gigante a la que le falta una pata y todas esas fuentes y banderas. Simbólicamente, merece la pena visitarlo. Estéticamente, no tanto, eso sí: es obligado entrar en la sede para ver la cúpula que pintó Miquel Barceló. 




Y ya está. Ahora id al chino de la esquina, comprad una hucha de cerdito y empezad a ahorrar porque una habitación doble en el barrio rojo (el "Montera" suizo) os puede costar unos 300 € para dos noches... Aún así, ir a Ginebra merece la pena por las excursiones que se pueden hacer desde la estación de autobuses a los pueblos franceses cercanos, como Annecy. Pero eso ya os lo contamos en el siguiente post. 

¡Feliz domingo!
@nata297

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