jueves, 17 de marzo de 2011

Post extra: Contra la obediencia


Ya publiqué un post extra, El sentimiento negativo, después de leer el libro que lleva ese mismo título, de Risto Mejide. Sí, Risto. El toca-...... de OT. Ese Risto. Un Risto que escribe impresionantes declaraciones de amor. Y hoy quiero recordar ésta porque algo me dice que es importante que lo plasme aquí y ahora (versión masculina, claro, para que suene más a "te lo dedico"):

Deberías ser un derecho fundamental. Estar recogido en la Constitución. Obligado por decreto ley. Aprobado por minorías muy absolutas.
Deberías estar patentado. Registrado como propiedad intelectual, industrial, personal y emocional. Dejar en ridículo y evidencia tanta copia y falsificación.
Deberías estar protegido. Parque natural. Maravilla del mundo. Reserva de la biosfera. Patrimonio de tu Humanidad. A partir de cierta hora, deberías estar prohibido. Sólo para adúlteras. Sólo para ellas y para mis ojos. El menos apto para casi todas las mayores.
En el resto del territorio deberías prodigarte por entregas. Darte de poquito en poquito, perdona pero es lo que tiene ser tú. También deberías salir en las películas. En todas las previsibles. En todas las que necesiten un gran final. Y en las que vayan directamente a DVD.
Deberías figurar en los cuentos. Contra toda bruja mala, a por todo lobo feroz.
Deberías ser noticia. En todas las ediciones, justo después de los deportes, antes de cada temporal. Deberías estar en los sellos. Sólo en cartas de amor, de las que ya nadie escribe, de las que ya nadie quiere leer.
Deberías sonar todo el día, una canción con tu nombre. Una de esas que es casi imposible versionar sin caer en herejía o sacrilegio. Y hablando del tema, deberías tener tu lugar reservado sobre cada altar. [...] Deberías hacer tantas cosas.
Como, por ejemplo, volverte dinero. Tan fácil de perder, tan difícil de ganar. Y, a veces, volverte hostia, tan fácil de ganar, tan difícil de olvidar.
Deberías ser producto de gran consumo. Acompañado siempre de tu slogan. Ni se le ocurra salir sin él.
Ser camiseta. O mejor, ropa interior. Imagino que no hay que explicarte por qué. Deberías llegar a todos los quioscos. Entre chucherías muy dulces y revistas que se compran por los artículos de investigación.
Igualmente habría que colocarte en farmacias. Entre profilácticos con sabores y pastillas para la lumbalgia, dosis de dos, cuatro y seis carcajadas al día.
Deberías cobrar por suspiro. Plus de peligrosidad cada vez que hicieras suspirar. En cuanto al precio, no sé, deberías salir más caro que las putas de lujo, pero tampoco tanto como un político, no nos vayamos a engañar.
Deberías convertirte en trofeo. Y declararte desierto edición tras edición.
Salirte de todos los mapas. Crecerte en los circos de enanos. Poner a parir a todas las burras. Y a caer de un burro a las que aún no lo son.
Deberías embotellarte en frascos de perfume. Que hubiese que restregar mucho para sacarte de la botella. Y luego encima tuviesen que concederte los tres deseos a ti. Fabricarte a mano y a máquina. Estamos todos hartos de tanto frotar. Patrocinar las cajas de kleenex.
Poner a prueba el blanco de Ariel.
Y ya puestos, deberías mirar mejor con quién andas...[...]

2 comentarios:

  1. Pero qué clase de utilización fraudulenta de imágenes se está llevando a cabo aquí??!! Un pleito te voy a poner!

    Pero también te mando un besico

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  2. El besico te delata... ;) es que la foto es muuuuuy buena!

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