Si el tiempo lo permite, el verano volverá, aunque dicen que va a ser el más lluvioso de los últimos años, pero tiene que volver tarde o temprano...
Para entonces, Enejota os recomienda una ruta por el país vecino en una semana que puede tener de todo si se organiza bien: lo más cosmopolita de Lisboa, la naturaleza y el aire puro de las montañas de Sintra y la belleza y la magia de
las playas rocosas del sur, en la zona del Algarve, junto a la frontera con España.
Comenzamos nuestra ruta saliendo de Madrid hacia Lisboa, que será nuestro primer destino. Dicen que es una ciudad de contrastes, en la que puedes encontrar desde los graffitis más contemporáneos hasta los tranvías mas destartalado
s. Hay parte de verdad en ello, pero esperábamos algo más de cosmopolita y cool en la capital del país. En este sentido nos decepcionó un poco y en un día vimos casi todo lo que hay que ver (sin tener en cuenta la entrada a museos y demás atracciones turísticas de las que solemos prescindir porque lo interesante es descubrir las ciudades sin un mapa o guía de por medio...). Aquí van algunas de las primeras recomendaciones de est
a primera parada en la ruta portuguesa:
- Comer en el restaurante O Pinóquio (Plaza Restauradores, en la imagen bajo estas líneas), que a pesar de su nombre no sirve comida italiana, sino la más casera y tradicional comida portuguesa. Nos decantamos por un bacalao al horno con patatas
y aceite de oliva y un arroz con rape y gambas. Todo esto con media botella de vino blanco por 40 €. P
ara los estómagos más preparados, porque las raciones son muy generosas. Un buen ambiente en su terraza, camareros muy amables y sensación de estar como en casa.
- Pasear por el Barrio Alto y el Chiado, los más modernos de Lisboa. No encontramos los famosos graffitis, aunque dicen que hay muchos por estas zonas, pero lo que sí vimos fueron muchas tiendas pequeñas con encanto, bares y restaurantes con un toque algo más cool y lugares afterwork muy originales.
- Subirse en el tranvía que lleva al Castillo de San Jorge, por su aire antiguo y por las vistas que uno se encuentra de camino, merece la pena.
- Merendar o desayunar en la cafetería Brasileira (en la imagen) y probar cualquiera de sus pasteles, bollos y dulces tradicionales portugueses...
- Acercarse hasta el barrio de Belén y pasear por los Jerónimos hasta la Rua de Belem, donde se encuentra la Pastelería Belem, la más famosa de Lisboa, para probar sus dulces típicos. Calientes y con azúcar y canela por encima, no son de este mundo. Imprescindibles.
Continuamos la ruta hacia el segundo destino tras pasar una noche en Lisboa. Sintra y sus montañas serán el segundo alto en el camino y la estancia será de unas tres noches para poder visitar también Cascais y Estoril. Dicen que es el rincón más romántico de Portugal y Enejota está de acuerdo. La magia de sus calles empedradas y de sus bosques, atrapa.
La mejor recomendación es dejarse llevar, hablar con sus camareros y descubrir poco a poco el encanto del lugar. Pero aquí van algunos descubrimientos Enejota:
- Para el
alojamiento no hay ningún tipo de duda: la
Quinta das Sequóias es el lugar más romántico y especial del mundo. El trato es inmejorable, la decoración es excelente, las habitaciones son todas diferentes y nada más llegar nos ofrecieron tres. Nos quedamos con la de dos alturas. Las vistas al
castillo de Sintra son espectaculares, en plena montaña, y lo mejor son los desayunos: el sonido del exprimidor preparando el zumo, los bizcochos que la dueña hace... Un placer para todos los sentidos.
*Pasar una tarde de sol en su piscina es la mejor forma de desconectar realmente de todo.
- Comer en alguno de los
restaurantes junto a la
Plaza de la República, los hay tradicionales pero también más modernos y un buen ambiente de turistas que cogen en esta céntrica plaza un trenecito que recorre las calles más empinadas de Sintra, para los perezosos. Especialmente recomendable la
cafetería Hockey, donde una hamburguesa doble, un plato de pavo con arroz y salsa de champiñones y dos cervezas+postres pueden costar unos 30€.
- En muchos de los restaurantes ofrecen de postre (en Hockey fue lo que tomamos) un pastel de la Piriquita, la pastelería más conocida de Sintra que tampoco se puede olvidar.
- Para cenar está muy recomendado el Tacho Real. La cena es especialmente romántica en su pequeña terraza, con música en directo. Recomendamos un foie con vino dulce Sauternes de entrada, champiñones a la crema y gambas con curry. Lo mejor sin duda es el momento de los postres: el camarero te lleva al interior del restaurante para que elijas los que más te apetezcan de un carrito en el que no faltan las tartas de todos los tipos. Especialmente rica la de galletas.
- Visitar la Quinta da Regaleira y no dejarse ni un solo rincón porque hay lagos, cascadas, cuevas y pasadizos realmente mágicos. Visitar también el Palacio de la Pena, impresionante por su vegetación y bosques también con lagos y alguna que otra sorpresa masónica...
Cascada en la Quinta da Regaleira
Bosque del Palacio de la Pena
- En cuanto a las playas más cercanas a Sintra, no podéis perderos la de Adraga, con el agua más fría del Atlántico pero de una belleza singular por sus formaciones rocosas en la orilla. Tiene un restaurante en la entrada inmejorable para comer, no sólo pescado, os recomiendo también sus chuletas de cordero. Buenísimo el queso fresco que sirven nada más sentarte, ¡aunque lo cobran claro!
Y para los más fashionistas está Carcavelos, una playa que contrasta con la anterior ya que es de arena más clara y mucho más extensa. La recorre un paseo en el que no faltan los restaurantes cool a buen precio. Recomendamos comer en Capricciosa, pizzas caseras realmente buenas y tumbonas blancas en su terraza para disfrutar del sol y las vistas de los surferos con un buen cóctel.
Otra playa muy recomendable es la de Guincho, sobre todo para practicar Kite Surf.
- Alguna noche es recomendable acercarse hasta
Cascais o Estoril, cerca de Sintra, para completar la ruta en esta zona de Portugal. En Cascais merece la pena darse un paseo hasta la Marina, cerca de la famosa
discoteca Coconuts, cenar en la
Mercearia Vencedora y disfrutar de la original forma en la que sirven la carne, con abundantes acompañantes. En Estoril, además del Casino que acapara todo el interés turístico de la zona por su enorme tamaño, hay un restaurante llamado
BG Bar, con una decoración muy cool, una terraza en la que sirven también copas y unas raciones exageradas que no dejarán con hambre a ninguno. Los entrantes de cortesía muy ricos, pero el precio que te cobran después es excesivo: 10 €. Recomendable su ensalada Spring, ideal para una cena más sana y ligera.
Siguiendo la ruta, terminamos pasando otras tres noches en la zona del Algarve, que destaca por sus preciosas playas de agua algo más cálida y por la masiva invasión de turistas anglosajones que le quitan a algunos pueblecitos todo el encanto portugués que podrían tener. Aún así, hay algunos puntos de interés que Enejota recomienda:
- En cuanto a las playas, las mejores son la de la Señora de Roca (con un chiringuito muy recomendable y vistas preciosas) y, sobre todo, la Playa Marinha, espectacular. Es fundamental aparcar el coche y recorrer la zona ya que no es una sola playa, son varias pequeñitas que se comunican cuando la marea está más baja. Para visitar las cuevas cercanas lo mejor es coger una piragua durante una hora (10€) ya que los barcos de turistas hacen el mismo recorrido y no se disfruta de la misma forma.
La playa de la Isla de Tavira contrasta con las anteriores ya que su estilo es más parecido al de islas como Formentera: con una costa kilométrica, hay que coger un barco para llegar hasta allí, que tarda unos 10 minutos. Los restaurantes para comer son muchos, con marisco y pescado fresco del día. Pero no se os ocurra pedir una Cataplana para comer si sois sólo dos, no podréis con ella, es mejor compartirla al menos entre cuatro personas.
- Para cenas por la zona del Algarve merece la pena acercarse hasta Vilamoura, un puerto al más puro estilo de Portals en Mallorca, donde algunos sitios resisten aún a la invasión inglesa y se puede cenar bien, rodeado de gente un poco más selecta. Recomendamos el News Cafe y sus vieiras.
Por mucho que os recomienden la fiesta de Albufeira, Enejota no os recomienda, os suplica, que no perdáis tiempo en acercaros hasta allí porque no merece la pena ver el espectáculo de turistas inglesas quinceañeras desfasando con tequila desde las 9 de la noche... Si aún así no os podéis resistir, Enejota encontró incluso aquí un restaurante que merece la pena con varias terrazas, una de ellas en la misma arena de la playa. Ya que vais, buscadlo para daros cuenta por el camino del gran error que habéis cometido... Esta es la imagen:
Estas son sólo algunas pinceladas de una ruta que cada uno puede personalizar a su manera, pero que no dejará indiferente a nadie.
@Nata297