viernes, 25 de septiembre de 2009

Dario Barrio se adelanta a Halloween en el Room Mate Óscar




Decepción. Es la palabra que mejor puede describir a un proyecto que pintaba innovador y diferente, exclusivo para los que nos hemos atrevido a experimentarlo, pero poco satisfactorio. Salvando el ambiente del Restaurante Gift en el Hotel Room Mate Óscar de Madrid, el resto dejaba bastante que desear y, como si de un Vips se tratara, en una hora estábamos levantándonos de la mesa después de tomarnos un menú degustación de 50€ por cabeza.


Todo empezó con el dúo de cocktails Jekyll & Hyde, uno de Vodka y el otro de Ron... para ir preparándonos para el chasco que venía a continuación.



La caja torácica resultó no ser nada ni parecido a lo que aparecía en la web del restaurante, por lo tanto, un suspenso para la presentación de los platos, que no aparentaban ningún tipo de elaboración cuidadosa, sino todo lo contrario.
La 'Fosa común' era el siguiente plato: sardinas marinadas al té moruno con arena de especies y germinados. Le seguía la 'Lecter Salad': una mezcla de mango, vinagreta de remolacha y cordero a la romana. Nada más terminar nos dejan un pequeño sobre con tarjetitas en las que se veían imágenes de cada uno de los ingredientes, con el añadido de que la última de ellas mostraba dos pequeños cerebros... el cordero a lo mejor no era cordero.
Continuamos la degustación a pesar de todo.





La 'Autopsia' no era nada más allá de merluza cubierta de calabacín sobre espárragos verdes y ya por este plato empezábamos a preocuparnos porque se acercaba la carne y el hambre que se sacia en los primeros en este caso aún no estaba saciado.
Lo siguiente fue el 'Hara Kiri', un plato muy original pero escaso a la vista y al gusto: pargo con semillas de sésamo blanco y gazpacho de pimiento rojo... o tomate frito ketchup más concretamente.





El 'Lago Ness', o langostino envuelto de patata y arroz suflado, en salsa de tinta de calamar, fue lo peor de la noche: un plato extremadamente escaso, la salsa estaba fría y el arroz suflado nos recordó a las palomitas que tomábamos de pequeños y que se compraban en el quiosco.
Y por fin llegó el 'Salto al vacío': cordero confitado a la naranja con polenta, también frío.
De postre, mousse de chocolate con miga de brownie, granillo de praliné y caramelo de chocolate y dos minúsculos macarrons de frambuesa y chocolate con corazón de chile, es decir, que picaban como un demonio.



Así terminó la noche, en la que lo único que merció la pena fue el vino ya que eso sí corre de la elección de uno mismo.




Una crónica que sale del corazón y en primera persona.

Chema Madoz se reedita




Con una nota musical dentro de una copa de cocktail. Así se presenta el nuevo libro que La Fábrica ha editado con los trabajos de un Chema Madoz que se abre al público en todos los sentidos. Un recorrido cronológico por todas sus etapas artísticas y el desvelo de cómo trabaja este tímido pero genial artista son las notas dominantes en el libro. Se nos muestran sus dibujos previos a la realización de algunas obras, imágenes de su estudio y de todos los objetos que allí podemos encontrar y con los que trabaja el fotógrafo. Un sinfín de curiosidades por las que merece la pena gastarase los 58 € de precio de salida.


A las 19.30 horas aparecía en la librería de la Fábrica (C/ De la Verónica nº13), entre la multitud, con unos vaqueros y dando la sensación de que no se esperaba a tanta gente allí.
Nos habló de lo agradecido que estaba con todos los colaboradores que habían hecho posible el nacimiento del libro y se mostró inseguro ante las posibles reacciones del público. "Espero que os guste y que lo disfrutéis", fueron sus palabras de despedida.
Y con un bolígrafo negro en la mano, se sentó a firmar ejemplares a todos los que quisieron acercarse un poco más a él.








Y mientras tantos, a unas pocas calles de allí, el artista Soto Mesa inauguraba a las 20.00 horas su nueva exposición en la Galería Tercer Espacio (C/ San Pedro nº1), otra de las destacadas en la zona. La muestra permanecerá en dicho espacio hasta el 21 de noviembre.



Otro de los espacios artísticos más innovadores y diferentes de esta zona es la Galería Fast Cool (C/Costanilla de los Desamparados nº6), en la que siempre podremos encontrar libros de fotografía, diseño o arquitectura y todo tipo de objetos, agendas, peluches, ropa... de lo más creativo y siempre con ese toque entrañable de las cosas que se hacen con amor y cariño.




Una crónica que sale del corazón y en primera persona.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Los pre-cierres de Ibiza pasados por agua



La isla de la fiesta y la libertad sin límites

El verano toca su fin, no hay más que mirar al cielo. Pero este fin de semana todavía quedaban algunos rayitos de sol en la isla balear, y allí nos fuimos.
La Matinée de Amnesia y la Flower Power de Pacha fueron nuestros objetivos, el resto vino solo...

De la Matinée hay que decir a su favor que si no quieres no pagas, cosa útil en los tiempos que corren. Unas chicas muy majas te reciben en el aeropuerto ofreciéndote ponerte en listas, eso sí: tienes que entrar tempranito. En Pacha sin embargo pagas, pero ves a Pocholo ligando en uno de los reservados, que quieras que no...tiene su morbo.

Las calas elegidas: cala Conta (en la imagen) ideal para bucear, rebosante de peces. Tiene un chiringuito con tienda hippie incluida (el Sunset Ashram) y un par de restaurantes algo menos económicos pero con unas vistas espectaculares a un mar que poco tiene que envidiarle al Caribe. Y para los atardeceres la cala de Benirrás: bongos, hippies y bolitas energéticas en un paisaje único y con un ambiente de relax absoluto. Muy recomendable para unas cervezas previas a la noche larga mientras se escucha música con ritmo del bueno.



Tendencias captadas estos 5 días en Eivissa:
  • Las Oakley del dj Wally López (al estilo Ray-Ban) y las últimas de Carrera, pero sólo las monturas, ambas sin cristales.
  • Las faldas a la cintura, de talle alto, pero este otoño de cuero y con un aire más vintage.
Un buen descubrimiento de este viaje:
  • El Hotel Atzaró Ibiza: arte, música, sushi&fashion, yoga y pilates. Un rincón para perderse y para sorprenderse.


Una crónica que sale del corazón y en primera persona.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Fashion's Night Out






La alfombra roja llega hasta la Milla de Oro de Madrid



Las obras no lo impidieron, aunque sí le quitaron un poco de glamour al evento y muchas tuvimos que dejar los tacones en casa. La calle Serrano era un infierno, polvo por todas partes y la capital ardía a 31º a las 23.00 horas. Aún así nos fuimos satisfechos a casa: bolsas de regalos, champán y jamoncito. Pero echamos de menos más hombreras y lentejuelas en la noche de la moda. Poca 'fashionista de la buena' había; mucho quiero y no puedo, mucho lo intento pero no llego. Una cola de 15 minutos y 60 personas a las puertas de Dior... da qué pensar.




Nuestra elección comenzó en el barrio de Las Salesas, algo menos masificado que la manida Milla de Oro. Benny Room nos sorprendió una vez más con su aire juvenil, inocente y rosa (un árbol de globos de este color coronaba la entrada a la tienda). En el interior, champán y fresas de gominola.

Yube también daba fresas, pero de las de verdad, y eso que no estamos en temporada, pero ellos lo consiguen. Acompañadas de bolitas chocolate y un mojito de Bacardi (previa cola de unas 20 personas).

Por último nos dirigimos hasta Nac, la más concurrida de las tiendas citadas y vistas hasta el momento. Un grupo de piano, violín y saxo amenizaba la noche. Bebidas para todos los públicos y canapés a eso de las 21.00 horas. El regalo: un gorro estilo panamá de paja con una cinta blanca escrita a mano en la que se podía leer: "Fashion Nac Out". Para ellas, además, una camiseta con el mismo eslogan, que era la que llevaban todas las encargadas de la tienda esa noche. Un plus a la noche: Susana Griso, o lo poco que queda de ella. Altísima, eso sí.

Dejamos la zona para dirigirnos ahora a Loewe y encontrarnos de frente con Jaime de Marichalar tomando una copa del Loewe Cocodrilo by Cognac Hennessy... La receta, sólo para los que estuvimos allí.

Y las afortunadas del pasaporte dorado (que resultamos ser todas...) nos llevamos la bolsa de la noche, cortesía de Vogue en la carpa de Ortega y Gasset: el último ejemplar de septiembre de la revista, loción corporal de DKNY, un pen drive de Toyota, una tarjeta VIP de Flash Flash, una consulta cosmética personalizada en Kiehl's, una invitación exclusiva para Armani, colonia de Issey Miyake y la clave de la noche...un mapa de Madrid, para los despistados.

Patricia Conde y Pilar Rubio también andaban por allí pero lo que sí resultó imposible fue ver a Cayetano. La cola no terminaba nunca, nos conformamos con las revistas de momento.


Una crónica que sale del corazón y en primera persona.


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