Hay calles de Madrid por las que nunca pasaste y que se hacen especiales de repente, porque es Navidad y la Navidad es magia, son ganas de ilusionarse y es volver a ser un niño.
Para merendar, hacer una sobremesa o incluso para comer y cenar, recomiendo pasear por esta calle, la del Espíritu Santo, y dejarse llevar por su encanto.
En pleno barrio de Malasaña se sirven desayunos, comidas, meriendas, tartas, cafés, tés, cócteles, zumos naturales y cenas. Buena música de fondo y un homenaje en cuanto a la decoración de los años 60 y 70 hacen de Lolina Café una salita de guateques muy especial y muy vintage.
Y para tomar el postre del postre, para un capricho o un regalo especial, uno tiene que seguir caminando hasta el número 11 de esta misma calle. Allí encontraremos Happy Day, la típica Bakery Coffee americana especializada en tartas, magdalenas y galletas. Mientras compras sale de la trastienda una tarta de frambuesa cubierta de nata recién hecha y es ahí donde te das cuenta del encanto de este lugar.
Desde Nesquik de banana, pasando por la mítica Coca-cola de vainilla y terminando en unas palomitas de caramelo. Un viaje en el tiempo y en el espacio, una sensación mágica que no tiene precio.
Estas navidades regala una magdalena casera, cubierta de golosinas y la sonrisa de agradecimiento estará garantizada, junto a mucha mucha ilusión.
Una crónica que sale del corazón y en primera persona.